Donde no cabemos
Javier González García (Familiar de Anaán)
Sociedad de Cultura Valle-Inclán
Colección Esquío de Poesía
Ferrol
España
1998
Distinción
Este libro resultó ganador del XVII Premio Esquío de Poesía
Sociedad de Cultura Valle-Inclán
Ferrol, 1997.
Dedicatoria
A mi mujer, que sigue sin creerlo.
Agradecimientos
A Pilar, diecinueve años después.
A Lola, por su confianza siempre.
Sobre el autor
Nacido en 1961.
Hasta la fecha sólo ha publicado este Donde no cabemos, que ganó la XVII edición de los Premios Esquío de poesía convocados por la Sociedad de Cultura Valle-Inclán y la Fundación Caixa Galicia. El jurado estuvo compuesto por José Hierro, Julia Uceda y Joaquín Benito de Lucas.
Permanece inédito su poemario Poesía Cuadrada.
Poemas 1 a 10
1
Hicimos de la vida un ciervo
desbocado,
una cornamenta que huye
por no herir.
2
Yo no estoy,
no tengo, no fui, no voy.
Pero tú, ven,
súmate a la corriente del aire
que nos lleva.
Sé tú la curva que más se atreve
y dilo,
di que no hay camino
sino sólo un borde,
una finísima línea para pies cansados.
3
Con el bárbaro cuidado de la tormenta,
con el primoroso
nudo de los relámpagos;
con la,
sin el.
Sí, he abierto la funda, deshecho el lazo
y rociado
de gasolrutina
la fruta jugosa de la vida.
Camino llameando, con la,
sin el.
Atrueno por las calles, siempre
a las mismas horas,
a paso de nube quemada y negra
que no existe.
Y dejo la carne ardiendo,
tropezada con los horarios que nos envuelven
por entre las esquinas
y el cielo azul de los edificios;
y dejo los ojos más allá de las ventanas,
destilando lo que no puede verse.
Pero estas cosas no se producen
tan hermosamente
como rocío condensado sobre
hojas del bosque al amanecer.
NO.
Yo bramo desbocadamente hacia,
para,
por,
sin la,
con el.
Hago crecer la cornamenta
vuelta hacia dentro
hiriéndome más y mejor.
Así es, a golpes de, que
cruzo
rompo y rasgo,
aunque nada cambie.
4
Hago la furia
Hago la furia sobre las perchas
del armario donde cuelga la camisa
del día siguiente,
sobre los grifos del agua para
el primer café, rumbo espeso y caliente,
allí mismo
hago la furia.
Pero no hay un norte alto y hermoso,
una salvaje vegetación por entre la que
adentrarse
buscando el sendero que conduce a;
no hay la fuerza del animal
juventud,
que desfallece aferrado al tronco del árbol
de raíz confundido.
Seda, hago seda de gusanos sobre los sofás
del salón,
tupidos capullos que cuelgan de sus cojines
en la oscuridad,
bajo el brillo de los televisores.
Y la suave luz de la lámpara
no ilumina otro signo
que la furia que hago
sobre las perchas y los armarios,
sobre los grifos que quisiera dejar de abrir,
la selva que decrece
más allá de la puerta al final del pasillo.
5
Hay quien hace zumos al despertar,
quien prepara
pócimas y bebedizos sobre la pasta de dientes
y entona
conjuros de leyenda
mientras sube al autobús, o atraviesa
a túnel
la vasta extensión ciudad.
Hay quien prepara el aroma de los días
con una mágica distribución de ingredientes
para el sandwich
de media mañana,
y al llegar encienden lámparas con gesto
nigromante
y altivo,
ignorando el misterioso cauce de las aguas
-¿quién tuvo el valor de detenerlas-
Aunque de vez en cuando llueve,
o hace viento,
o el sol se demora lánguido, antes
de llegar a nosotros;
aunque nos sobre luz mecánica
y las finas piezas de los árboles
reposen
perdida ya la lentitud de su fuerza …
6
Se perderá la suave fibra del vuelo
de los pájaros,
tela con la que primorosamente recubren
el paisaje
dejándola caer desde tan alto;
se perderá.
No hay quien quiera venir a verlos
al borde de los acantilados
donde ruge
el mar,
nadie nunca al borde justo ahora,
en este momento
que una ola compacta y precisa
se arrebata
y pulveriza contra la roca
a razón de belleza sin más;
se perderá.
Todavía caigo con el vértigo
y contemplo el filo solitario
de la nadie,
nunca,
se perderá.
Me arrebato para hacerme trizas
también,
compacto y preciso como la ola.
7
Lejos es aquí mismo,
cuando se recorren a fondo
las formas de la rutina.
Porque rutina es golpear
con el espíritu y la paciencia de las olas,
vida acantilado, contra ti.
8
Pero ya basta, ya no al pensamiento
que sienta bases
y profundos cimientos para los muros altísimos,
para muros
que sólo dan al norte
cuando hay ventanas.
Ya no quiero basarme, estar seguro de,
ajustarme a la medida
uno, para empezar; dos, continúa
y al tres
rompo la regla.
Ya no creo en las cosas que tengan
principio
medio y final.
Y tengo visiones de nube que cambia
a un fuerte viento sometida,
soplada,
llevada con infantil sencillez
flotando
hasta que llueve, y eso ya no soy yo.
Prefiero dorar la pluma
lejos del sol
o sin embargo hacer inexplicable
que la suma
del ciervo y los bosques.
Mira, más que nada, más
no.
Lo cierto es que más difícil es
la comprensión
de las mujeres que planchan
a diario,
el misterio guisado a lentejas
que nunca faltan en nuestros
corazones.
9
Hoy ha llovido, y es para alegrarse.
Dulce la tierra mojada esparce su olor
blando,
el aroma se apodera y nos modifica el
ánimo.
Pero no deben pisarse los charcos si no eres un
niño
de los que no terminan nunca de crecer,
de los que no suben a casa con las primeras
gotas y se abandonan valientemente …
Llover es otra manera de decirlo, aunque
no se esté seguro de a quién.
Los ojos del cielo lloran, podríamos creer
pendientes
de la belleza;
pero no es así, nada cuelga tan largamente
sostenido
sobre nuestras cabezas empapadas,
y es preferible creer que esto nos lava
limpia
o engrasa el resorte de pisar los días,
y aunque ya no veamos el arco iris
mágicamente trazado,
es para alegrarse.
10
Madrigal para la reconstrucción
Del árbol herido por el otoño
recolecto la raíz suelta y rota,
tuerca de la gaviota
que no conoce el mar,
tornillo que aprieta, vuelo que agota.
Diente dorado que cae hecho ceniza
recojo si dejo llegar la noche,
y hago en mi boca un broche
que sólo la lluvia pueda colmar,
pero la lluvia en el aire no flota.
Del árbol herido por el otoño
la suelta raíz rota.
Poemas 11 a 20
11
No hay hacia donde mirar
si lo que buscas
son las más nuevas distancias;
la tristeza de los años
asoma,
el peso que no tuvieron …
el que verdaderamente
sí tienen.
Desbordaron de la infancia
el redondel.
¡Detente, siempre detente!
Bebe trozos de mortal poesía
sin
deshacerle los grumos.
Desbócate a una hora exacta
porque hay los gestos únicos
que sólo existen si tú los haces.
Desata la furia de los teléfonos
que nunca crecerán como lo hace el trigo,
que nunca suenan al vaivén del viento:
rompe la lengua noticia.
¡Detente, siempre detente!.
Toma el camino y aléjate
así,
suavemente detenido.
Vé al fondo del paisaje
donde los bordes parecen
unirse,
donde vive el animal esperanza.
¡Detente, siempre detente!.
12
Han venido los nuevos labradores.
Anuncian
rotundos cambios climáticos;
la urgencia de roturar
el asfalto que barbecha
corbatas
en los semáforos.
Han venido, redondos analfabe-
tos:
huelen la lluvia en el viento
huelen con ojos
nariz de piedra.
Han venido para plantar las fir-
mes
intenciones del geranio.
13
Vacas salvajes
arrasando aparcamientos,
-no hay praderas donde puedan pastar-.
Vacas salvajes
mugiendo
la pena, porque no hay luna;
mugiendo
furia por entre el asfalto
porque no hay yerba,
vacas salvajes.
Salvajes vacas paciendo,
vacas salvajes
el humo.
14
Por una tubería de plomo pasa el tiempo,
de plomo antiguo y restañado
tubería ruido incesante.
Aún oigo los gritos que dábamos cuando niños
aplicando
cuidadosamente la oreja
al otro lado tubería
ruido incesante
y plomo antiguo.
el más largo agujero de los que nunca nadie
pudo, no, imaginar.
Hemos discurrido así hasta el día de hoy,
como quien se deja caer …
para terminar asomando nuestras cabezas
tímidas
por entre los grifos de la rutina y el trabajo,
de lo que nos ata a lo real.
Para terminar bebiendo este zumo de aguas
venidas desde
el ya desconocido trópico de la infancia
y la ilusión.
15
¿Dónde están los colores,
la rubia posición de tus dos manos
acariciando?.
Se nos fueron los dedos del futuro,
se quedaron prendidos
en los mandos a distancia,
en
hacer la cena
peinar al niño
lavar la ropa …
se nos fueron perdidas
las mariposas
sobre tu nalga derecha,
el humo que hace quemarnos el cuerpo
al amor, a los golpes
de furia loca y dulce.
Dónde están, digo; dónde fueron, digo;
dónde.
16
Era verdad que las puntas
de
tu pecho
apuntaban al misterio,
que la finísima curva
de
tu carne
entre mis dos manos arde.
17
Te veo dormir suelta y brillante:
la punta de tu pie
bajo las sábanas
indica dirección y rumbo,
la pisada del amor que no pudo
ser.
Suelta entre tu cuerpo difícil
de luna posición
suelta de cáscaras
de pájaros recién nacidos,
ahí estás anidando el nuevo día,
sola.
Y aquí la intención de tus senos
curvas y picos todos
enderezándose
a una misma y diferente cosa:
tu cuerpo suelto y brillante, distinto
aún.
18
Un poema de amor
Cultivar la distancia,
la hermosura de saberlo todo lejos
a quilómetros de
longitud dulce
y continua;
nada está junto, al lado,
nada.
Se desbordan los paisajes por sobre
sí mismos,
y no hay quien los sepa o distinga.
[ allí los bosques en murmullo
-tú lee los besos
que hicimos rama al viento-
los ríos hacia
no se sabe dónde
-tú piensa en cuando
fuimos nosotros los guerreros-
¡Mira la belleza que éramos!.
No digo que sea rota o desaparecida,
no.
19
Anuncian bosques para vender.
Y los mapas que llevan hasta ellos
duran un impulso eléctrico.
Defienden fronteras naturales
que nunca conocieron,
sonríen con cara roma,
engañan, ciernen
abusan
decoloran, incineran, rearman,
arrasan, pulen
recolectan
las riquezas para mejor administrarlas
20
Haz la norma y el manual;
traza la ruta
de los,
hacia el,
que llegue hasta.
-Cuando ruja el tigre despertador
seguiré tus pasos-
Poemas 21 a 30
21
El grave peligro de pelar patatas
para la cena,
de freír pescado y huevos
a las ocho y media de la noche.
La corona ligera de frotar los
platos, yo lo sé,
cuando los demás descansan.
Busco en las horquillas de los tenedores
el elemento
intrépido,
entre los tarros de fideos y lentejas
la norma cero,
la que no se ajusta a ninguna otra;
busco la sopa sin errores,
la que se toma cuando niño
para olvidar.
El suicidio de hacer las camas
para volver a deshacerlas una
y otra vez,
otra noche, otra vez.
22
Lentamente atravesados,
heridos
por la punta de la idea,
por el agudo trote de las desilusiones.
Sangramos gana y deseo,
las campanas, la lluvia
repica contra el cristal.
Sangramos
las ideas que tuvimos.
La suelta de nubes
hacia el cielo gris
que todavía nos cubre.
23
Los buscadores de enchufes
a la energía final,
los que
siempre disponen de piezas
que poner encima de.
Ellos asolan el mundo:
trazan
rutas administrativas,
los protocolos
que aplicar a
la mariposa,
teoría tecnológica del beso.
Hacen
sus escaleras con los corazones
de otros, y dictan
cursos completos para la crianza
del cuerpo
doméstico.
Son ellos, sí, ellos son
los que trabajan a diente de sierra
talando las ilusiones,
los que visten a corbata
de lunes a viernes sin preguntarse
la razón última – quizá es que no hay
sobre qué preguntarse –
olvidaron qué,
cómo
cuándo
dónde …
olvidaron para.
24
Lo de existir, ser,
no puede consistir, de verdad
lo digo,
en nada de lo que conocemos;
o tal vez es que coincide
de manera escasa,
insuficiente.
Aunque, por otro lado, quién ha
de decir
cual es nuestra consistencia
y el motivo fundamental,
quién sino nosotros
noSotros
Yo ya no lanzo la duda, disparo
la esperanza.
Ahora mismo dejaré de aullar,
dejaré los pensamientos
cazadores libres
y volveré a encender el radiador
para ajustar el invierno a una temperatura
ideal.
Me daré una ducha, de las que quitan
el barro y la suciedad
de la búsqueda,
y con ropa limpia me dispondré
en una postura de sofá,
¿habrá quien pueda ver mi gesto salvaje,
agazapado y a punto?.
25
Canto a los amantes de la violencia,
al público de los transportes
en hora punta,
punta o filo agudo
puesto en marcha; canto
torcido
a los visionarios de las diez en punto
de la noche
rompiéndose el alma
contra el sofá,
el sofá de la postura sin huecos,
¡con qué virulencia arrasan
y definen!.
Amantes, sí, amantes
de la violencia corregida, geranios
salvajes puestos en una funda.
Repito, canto a los amantes de la violencia,
amantes niños.
26
Peligro de ponerse al fiel de la memoria,
de pesar la carne
y los muebles.
Peligro acumulado en el desorden:
cada mañana
crece
disfrazándose con el horario,
rompiéndose la vida contra.
27
Recuerdo de cuando era pequeño
las mañanas con gorriones cantando
en los árboles enfrente de casa;
la luz,
la luz,
la luz
entraba a raudales ventana abierta
aquellos sábados tan olorosos,
tan flores en el aire,
el aire,
aire de
una mariposa que a 100.000 quilómetros
aleteó
hasta allí mismo, allí igual, sí.
28
Carta
Fecha: El día cualquiera del mes en curso,
no importa el año.
Querido motor abstracto
de la vida,
no escribo para saber
las razones.
No comprendo tus bielas y agujas,
no
las ruedas dentadas
que, a correa de transmisión,
llevan/traen el movimiento hasta aquí.
Querido motor abstracto
de la vida,
seguiré arrojándote piezas cosas
para que te hagan a modo de mecanismo
combustible.
A lo que te comunico por efectos
del alterado ritmo
con el que nos sujetas de un tiempo
a esta parte.
¡Motor abstracto de la vida!.
29
Aquí, el hueso de la situación:
la parte dura
de lo que pasa;
aquí, el pulso tan claro y distinto
una vez y otra
pasando hacia …
porque todo, ¿todo?, funciona a golpes
delicadezas
sin ultimar:
la mueblería de los sentimientos,
el ancho espacio que va desde aquí
hasta la manada, la vigilante
manada de leones al acecho;
el ancho de la mesa donde escribo
estos versos con cuello de jirafa.
Ultimar los días, que pasan de uno
a otro creyéndose garras, fauces
que a todo, ¿todo?, van y lo devoran
dejando el hueso de la situación,
la parte dura
de lo que pasa.
30
Con los cinco sentidos
Abro con fiereza los ojos
que no alcanzo,
los ojos fumar flores
y roncar
tiempo que no pasa.
Toco despiadadamente con
las manos y los pies
lo que quise
y no tuve.
Hay que beber a grandes
tragos furiosos
las idas y venidas diarias,
la oficina entera
con sus mesas de despacho.
Y aplico las orejas
al ruido de olas oculto
en los cajones de los armarios,
tras las puertas, bajo las sillas,
entre las páginas de los libros
que cocinamos.
Huelo el rastro de la esperanza
en las aceras, entre las reses de ciudad,
hecho un animal
a trozos
pedazos.
Poemas 31 a 40
31
Algunas noches que salgo de caza,
si la luna está llena,
corro por las calles sin ver la luz
de las farolas, ciego.
Sigo el leve rastro de un animal
sobre el asfalto,
desconocido animal de pisada
suave y distinta.
Hago una fogata en la misma acera
para el descanso
protejo así los huesos del relente,
que viene frío y violento y rudo.
A lo lejos, amigo lobo, andas
en lo mismo y aúllas
buscando compañía,
pero ya estoy tumbado viendo estrellas
que poco tienen que ver con nosotros
-y eso las hace más hermosas-,
te escucho.
Aunque no llego a cazar nunca nada
paso la noche fuera,
cubierto de mantas viejas y a salvo
de los viejos recuerdos.
32
La consistencia
Repito, dejándome caer al agua
caer repetido caer
al agua;
al agua, con la lluvia he caído
he
con la lluvia;
hacia otra vez la lluvia de nuevo
la lluvia que cae
hacia, que ha.
He aquí el, ¡no!, las gotas caídas
aquí
el agua, repito, el agua
que cae más libre y suelta más en tanto
en cuanto
libre en una cantidad
en una suelta de gotas en tanto
libre caído
soltado de
hasta el pequeño charco consistente
repito, caer desde
hasta.
33
Belleza
La dureza de la vida
de los pájaros:
el suicidio en su ocupación cantar
y vuelo de un lado a otro.
Duele la flor, su esfuerzo
diario
no es tan hermoso como las palabras
pétalo
tallo
y raíz.
Frío de las noches de luna llena
llena
creciendo como unos segundos huesos
de la carne
a cielo abierto
y no hay quien pueda acariciar, ni hay nube
que se atreva.
Miramos el dolor del agua estirándose
hacia el mar,
sin llegar nunca a alcanzarlo;
pero preferimos las oficinas
los pasillos,
los jardines y las jaulas.
Sin olvidar el amor
que fríe y suda,
que se roza con los suelos
con los muebles,
ese amor de resistencia
y no otro.
34
¿Y qué más puede decirse?,
de nada vale.
Quiero mezclarlo todo, sin orden
o al concierto de la casualidad:
dejé la ropa limpia de las ideas
colgando,
perchas en los armarios vacíos,
sábanas
al vapor dobladas
olorosas;
hablemos de la dureza
del pensamiento
sin afeitar,
de las canciones de ducha
a las seis de la mañana
para comenzar el día;
y esos que nos llamaban el futuro,
¡los agujeros para las paredes!
para colgarles los cuadros
y poner estanterías;
que nosotros éramos el futuro
y la amenaza.
35
Mezclado con así son las cosas, no
hay remedio;
para tristeza.
El inevitable lunes a
viernes
creciendo
hasta el fin de semana
creciendo
hasta un mes u otro;
para tristeza.
Puede creerse es
lo mismo de nuevo
otra vez;
para tristeza.
Porque la traza del tiempo.
36
Aunque hemos llegado hasta
aquí
con las zapatillas de andar por casa,
aunque cocinamos sin dirección
hacia
y rompemos las horas ocupados
en cosas de poca importancia,
aunque hacemos fuerza de corazón
diario
sin conocer los grandes gestos,
nosotros
venimos del mágico de los túneles.
37
Donde no cabemos
puestos en rodajas
puestos en porciones.
Estamos
y nadie viene al rescate,
colocados al camino
de la ilusión y esperanza
[pero no hablo de ilusión casa nueva
y esperanza lotería,
no del trabajo diario y consecuencias].
Donde no cabemos
huele a tiempo como a tierra mojada
y se pisa con cautela
con ritmo
descalzo
sin discutir la importancia
del dedo gordo del pie:
no la tiene, o tal vez sí.
Quién sabe hasta cuándo
hasta dónde
llegan las cosas silvestres,
las que deben pisarse en esta forma
ligera.
Donde no cabemos.
38
No es extraño entonces
que suceda de esta forma:
juntamos poco de aquí
y poco de allá
con la lógica esperanza.
Luego
están los fines de semana, para
hacer las reparaciones.
39
Está aquí, entre nosotros,
como están la mesa y sus sillas,
la repisa,
los estantes.
Está en las curvas de las ventanas
que,
para ventilarnos cada día,
se abren en los hogares
muy de mañana,
mientras se barre y se friega.
Mírala en los ojos de tus hijos
cuando duermen,
ellos que sólo se ocupan del crecimiento:
la fuerza de un río joven
detenida,
reposando entre las sábanas.
En los armarios donde se guarda
la vajilla,
herramientas fundamentales
para cuando vienen
las visitas,
copas y tazas de café, platos y cuencos.
Se disfruta en el desorden mañana siguiente,
en las cosas a medio hacer,
en el transcurso de la vida
-no me preguntes qué es, para qué sirve-.
A borbotones temibles se extiende y nos rodea
y no la vemos,
tan desnuda y doméstica el animal belleza
se organiza.
40
Habrá un gozne para los deseos, quieres
tener
llegar
hacer
lograr.
Sin embargo, no sabes
cómo, su pérdida es al paso tiempo
lo que la flor almendro:
belleza vencida en la cantidad.
Que tremenda desolación primavera,
borracho
al alcohol,
abandonada.
Habrá una duda que aplicarle a todo,
un jarabe de niño
que cure las toses del pensamiento,
uno para la hora de irse a la cama
justo para el antes dormirse y sueño
uno que sirva para descansar,
solo eso.
Así que pliegas por donde el doblez
ya está hecho
y tener tienes
maletines para licuar
y llegar llegas
hasta los valles y sus puertos
y hacer haces
pan de mundo ilusión ideal
y lograr logras
rozar, sólo rozar.
Poemas 41 a 46
41
Cómo fue el paso de los valles ocultos
bajo la niebla
tras las montañas,
cómo la transformación de sus bosques
de misterio y ardillas
en fuga luminosa.
Cuándo se nos hicieron de mueble los músculos
y creció salón
tras los pasillos;
desde cuándo limpiamos sentimientos
en los cristales
de las ventanas.
Si le dijeras tristeza, nostalgia,
parecerías
no entender lomo y transcurso en la vida
con la intención de
hacerle propósitos al pasado
y sus causas y sus rumbos y cambios.
42
A corazón vuelto
bombearle ternura
sola a las arterias
que surcan
el mundo:
bom la tenacidad
bear furia que crece
le a matorral monte
bajo.
El ángulo signo
de los niños de los
puentes hasta aquí.
Y reflexiono sobre estas cosas
rebelión cuando hago la comida
en sartén de sábado; que frío
y deshago piedras angulares
donde instala rutina edificios,
que someto jardines y causas
a la prueba infantil de los juegos
desordenados.
Tenacidad furiosa creciendo,
bombeando ternura sola:
que surca o que rueda
o que finaliza
justo antes del beso buenas noches.
43
Has visto pasar los coches más rápidos
aún antes
de que las fábricas de carreteras
llegaran a tenderlas hacia
un fin que no puede determinarse;
correr el alcohol en todas
las formas y direcciones,
quemándose en su propio rastro;
la fugacidad de luz lámparas
que acaban
con el misterio de las noches
brillantes en una vez antigua,
por lo que nos cuelga del cielo
solo,
por las puntas;
a ti mismo llegar, venir
desde un fondo -que no sé decir-
hasta este lugar lunes a viernes
a modo fundición
de hierro nostalgia
echando chispas lejos,
muy lejos.
* Fuiste uno de los pocos que vio crecer
la hierba,
que se fijó en como cae el rocío
sobre el mundo,
sin buscarle explicación *
Has visto y por eso abandonaste la creencia
de que
esas cosas lleven a otras.
Ahora los niños crecen a tu lado,
y punto.
44
Cómo limpiar el rastro
de los días,
aplicar una desinfección radical y
distinta.
Cómo curo y arranco las piezas que sobresalen
enfermas
de pájaro,
la fiebre de los jardines y calles
extendiéndose
por los brazos
o piernas
y en el andar y en el coger.
Cómo evito los vasos de agua
y la ridícula melancolía del otoño sobre un mar
hecho a golpes de grifo
en la cocina de casa.
Cómo hacer un plan de acción que alcance
hasta las horas del sueño
hasta la parte antigua,
la parte primera.
Cuando todavía,
cuando aún
no era extraño
crecer.
No hay mejor pensamiento que la solitaria
deriva,
no hay mejor propósito que no tenerlo:
ser a modo naturaleza creciendo
en todas direcciones
sin un orden posible
preciso
previo.
45
Cómo se hacen las grandes preguntas
Con el mismo cuchillo y tenedor
de partir
y comer el filete,
con la misma boca con que se dice
y se besa
amor más que mecánica.
Con la misma postura de ojos
frente al televisor
o a la curva del sueño
en las sábanas de la noche;
igual que camino hacia la oficina
y son papeles y mesas confusas,
una maceta de plantarse ocho horas
hacia destino fin de la semana;
igual que se arropa a los hijos buenas
noches un beso dulce en la mejilla,
y entonces vuela libre aún su fiereza
cachorro creciendo hacia qué decirlo.
Así, vestido para estar en casa
o a traje
y corbata trabajo,
poniéndose las gafas de estar triste
del tiempo y sus serpientes.
46
A la noche le sucede el día,
eso dicen.
Hay un antes y un después, algo
que nos lleva
por entre las distancias, momento
uno
y siguientes.
Desde el fondo oscuro hasta la luz,
eso dicen.
El orden que claridad impone
al paisaje,
lo que está cerca lo que está lejos
arriba
o abajo.
Comemos los huecos y las sombras
fugaces, subimos escaleras.
Y al llegar, balcón conocimiento,
un número de los ojos brota:
el cero infantil ya no se alcanza,
pero.
http://www.poeticas.com.ar/biblioteca/Donde_no_cabemos/dondeindice.html
El premio que ganó, incluída la publicación del poemario, así que sí, está publicado 😊
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FANNY
ME AGRADÓ MUCHO A PESAR DE QUE LEÍ SÓLO EL COMIENZO.
BASTA CON LEER POEMAS ASÍ PARA ENCONTRAR Y DAR VALOR A LAS COSAS QUE A VECES PASAN DESAPERCIBIDAS.
EL VALOR DEL AIRE ES EL QUE NOS ALIENTA A VIVIR Y RENOVAR NUESTROS PENSAMIENTOS.
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Hay tantos tesoros en algunas palabras….
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la politik es el art d buskr problemas encontrarlos hacer un dignostico falso
aplicar despues de los remedios equivokdos
Me gustaLe gusta a 1 persona
dile que le admiras
cuando se sienta mal abrazale fuert
escojelo a el sobre todos los chavos
con los que basilan
juega con su cabellos
levantale hasle cosquillas
y juega a la casita con el
solo hablale y cuetale chiistes
llevale un obsequio por que si
tomale de la mano y corre con el
solo tomalede la mano
dejale que se quede dormido en tus brazos
dile que es muy guapo
mirale a los ojos y sonriele
besale en la frente
besale bajo la lluvia
si quieres estar con ella dicelo
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gracia por tus consejos
por escucharme siempre
por estar con migo
cuando + t he necesitado
pero sobre todo
gracias por ser mi
amigo
nunk
kmbies
xfa
te quiero mucho amiguiiiiiiiiis
…….. solo me queda el recuedo de aquellos dias
…….. algien que verdaderamente ama nunk lastima
…….. el hombre se cree el dueño del mundo pero las mujeres son las dueñas del hombre oooooooooooooooooookkkkkkkkkkkkkkkkkk
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Gracias José Antonio por ser tan generoso, si pudiera me gustaría contar con permiso escrito de cada imagen que utilizo de fondo para los poemas, los míos y los demás. Como no dispongo del tiempo necesario, intento localizar el nombre del autor y poner un enlace a su web, cuando dispongo de esta información, que no es fácil.
Si quieres, un poco más abajo, tengo enlaces hacia páginas de fotografía, puedo poner uno hacia la tuya.
Un saludo.
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Muy agradable ver palabras tan bien compuestas sobre una de mis fotografías y encontrar por casualidad estos hermosos poemas.
Saludos
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Hola Rafael, me alegra que los pensamientos del blog te sirviesen para estar más tranquilo.
Un saludo de bienvenida.
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Estando en un momento de dolor y alegría, estos pensamientos te profundizan a lo más hondo del corazón y el sentimiento. Salí más tranquilo hoy, para mañana empezar con más fuerza mi camino.
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Sin duda Anaan, una parte preciosa de él, de ese entrtenido libro y sentido, en el que se esconden estas lindas palabras de tu primo. De tu sangre tenia que ser…
Me encanta que lo muestres y podamos disfrutar de ello.
Enhorabuena a tu primo, ya que yo no lo conocí en su momento.
Enhorabuena a ti también por como escribes.
Besicos grandes para ti!!!
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Te confundes, esta página está sacada del libro «Donde no cabemos», ganador del XVII Premio Esquío de Poesía de 1998, por lo que gracias a dicho premio fue publicado por Javier González García, primo carnal mío.
Me alegra que te haya gustado, disfrútalo, da para muchas lecturas, poesía de lo sorprendente de lo cotidiano.
Besicos.
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Me gusta leer poesía, poemas y me encantó este poemario, es una pena el que no lo haya publicado. Felicidades al autor, abrazos.
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